Un buen día Martín se cruzó en mi camino- o yo en el suyo- como si una hada mágica me hubiera concedido un deseo. Sin saber apenas nada de él, ni a qué se dedicaba, expresé en voz alta mi deseo de cambio, de mejora, de necesidad casi desesperada de encontrar alguien que me ayudara en ese cambio. Y chasssss!!!! ÉL era esa persona. Él era diseñador industrial y le pareció un proyecto interesante...
2 comentarios:
Enhorabuena por esa colaboración!
Besitos
Raquel
Gracias, Raquel! :)
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